jueves, 23 de enero de 2014

¡Oren! ¡Oren!

Cuando la aridez de alma
y la mente en distracción,
les haga perder la atención
recen siempre el Padre Nuestro
como aconseja el Maestro.
Y así, en el mismo acto,
como por divino pacto,
junto a la oración vocal
harán oración mental.
     
San José de Cupertino.

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